Día del Abuelo, importancia de una buena alimentación
La pandemia por COVID 19 continúa causando impacto en diversos aspectos de la vida diaria tanto económicos, sociales, educativos, como de salud, entre otros.
En nuestro país, de acuerdo con los Datos Abiertos de la Dirección General de Epidemiología/ Secretaría de Salud, se ha registrado un total de 3,197,108 de casos positivos confirmados, de los cuales 49.9% han sido mujeres y 50.0% hombres.
Dentro de las principales comorbilidades que se han identificado en los casos confirmados han sido hipertensión 15%, obesidad 12.8%, diabetes 11.6% y tabaquismo 6.9%.
El total de casos de personas adultos mayores representados por un rango de 60 – 94 años ha sido de 513,361 es decir, el 16% del total de confirmados se han estimado en este grupo de edad.
Esta población se concentra dentro de las más vulnerables, cumpliendo factores como lo son la edad y las comorbilidades asociadas.
En el marco del 28 de agosto, en donde desde 1983 se conmemora el Día Nacional de la Persona Adulta Mayor; y en 1994, donde en la misma fecha se estableció también el Día del Abuelo en México, introducimos hoy el concepto del envejecimiento saludable.
La Organización Panamericana de Salud lo define como el “proceso continuo de optimización de oportunidades para mantener y mejorar la salud física y mental, la independencia y la calidad de vida a lo largo de la vida”, es donde se deben fortalecer estilos de vida que permitan alcanzar un bienestar integral.
Los estilos de vida con impacto significativo en la salud de la Persona Adulta Mayor se enumeran en: 1) alimentación adecuada; 2) ejercicio físico; 3) higiene personal; 4) sueño suficiente y reparador; 5) recreación y 6) alta autoestima.
En esta ocasión ahondaremos el tema de la alimentación adecuada y su efecto en la inmunidad del individuo.
Existen patrones de alimentación que se asocian con una disminución del sistema inmune que a su vez favorecen estados de inflamación crónica, éstos se caracterizan por el consumo elevado de grasas saturadas e hidratos de carbono simples y por el bajo consumo en fibra, antioxidantes y ácidos grasos insaturados.
Patrones de alimentación con una ingesta elevada de fibra, cereales integrales, antioxidantes y grasas mono y poliinsaturadas, llegan a presentar un efecto contrario, antiinflamatorio.
Los cuales, a largo plazo, se relacionan con prevención de la obesidad y mantenimiento del peso adecuado, que incluso puede llegar a mejorar la efectividad de las vacunas.